27 mayo, 2007

☆♡ Diseñamos al Hablar ♡☆



Somo
s Uno con todo lo que hablamos. Y quienes además, nos beneficiamos del don que hace tangiblemente posible la gran habilidad de transmitir a través de nuestras palabras, cuanto pensamos, sentimos y reside en nuestro interior… Incluso, desde lo más íntimo, hasta llegar a establecer un torrente de emociones en una sola palabra…




Asimismo, conseguimos desplegarnos con fluidez, haciéndonos completamente audible. Hablar, es un arte que se afina y es tan auténtico como quien emite el sonido de su sustancia.


Es admirable como podemos cambiar la realidad de alguien únicamente con la manera en que le hablamos, de la forma en la cual nos dirigimos. Cuando empañas con tus palabras y desvalorizas, lo que realmente transmites es un mensaje de rencor, de cosas no superadas, y ciclos no culminados. Por ello, que genial es tener la libertad de ser quienes somos y a la vez ser dueños de cuanto expresamos, porque consecuentemente el diseño de lo que dices siempre estará sujeto a ti.

El poder de la imagen auditiva ha quedado tras los barrotes de las firmas, actualmente no hay peso cuando damos nuestra palabra, ella no refleja garantía por si sola, sin que sea respaldada por un documento que la asiente y legalice… Usualmente, creo en las personas, les doy valor a cuanto me trasmiten. Es más que notable la ausencia de confianza, hoy por hoy ameritan certificarse, no creyendo en sí mismo, cuanto más en aquellos que les rodean, demarcando una gran multitud que no escucha, ni habla, que se priva a comunicarse saludablemente fundamentados en la arrogancia, temor, resentimiento, incredulidad, falta de expresión, timidez o simplemente porque no tienen nada que decir...

Muy en lo personal creo que todos tenemos algo que aportar, siendo interno el primer diseño que emprendemos, desde nuestra intimidad… Esporádicamente, hay quienes se conforman a no platicar con quien llevan dentro, no tomándose en cuenta, eligiendo ignorarse, al punto de enmudecer su verdadera sustancia. No coexistiendo asociadamente con su voz interior, ni brindándose el poder creativo que encierra cada palabra.

Quienes me conocen muy de cerca, saben que me deleito al hablar, que me fascina conversar, ser productiva con mis palabras y poseer particularidad en el denuedo de mi expresión… Mi mayor comunicación es con Mariana, es infinito como me disfruto haciendo imágenes internas, analizando, preguntándome y respondiéndome, teniendo criterio propio, fusionándome conmigo, aunque también me regocijo en mis silencios. Me seduce la asertividad y reconozco las huellas forjadas en aquello que apunta mi esencia… No hay nada más oportuno que una palabra dicha a tiempo ¡¡¡Construir con cada dicho de mi boca!!!

Intensamente, cuanto decimos puede ser el todo, contingentemente ir de la mano de nuestras emociones, paradigmas o propios enigmas. No podemos desligarnos una vez que hemos dicho algo, esparcimos amplificadamente lo que exteriorizamos… Es realmente letal el potencial que existe de intervenir a otros de manera positiva o negativa, cuan resplandeciente o carente de luz puede permanecer el concebir de nuestras voces. No me refiero a ser emotivo, o carismático ni mucho menos positivo o un perfecto orador, ya que no existe nada más extraordinario que la belleza perteneciente a quien añade honestamente, la imagen y semejanza, de cuanto es en realidad. Por ello, celebro apasionadamente la diversidad, lo diferente que pueden ser nuestros puntos de vistas, lo distinto de nuestro transmitir. Al dilatar lo heterogéneo y multiforme que puede llegar a ser nuestra singularidad...

Igualmente, no tener terreno común con hablar sin sentido, o ser presa fácil de aquellos momentos desagradables, altamente hirientes y luego decir: “Lo dije sin pensar, estaba tan molesto que dije algo que en verdad no siento”. Que constructivo es no permitir que tus emociones desencadenadas, se apoderen de tu forma de expresarte… Se irradian cosas que se dicen una vez pensada, a contraste de aquellos divinos mensajes del alma que no se premeditan, sólo fluyen hasta su destino.

Diseñamos al ser protagonistas de nuestra propia vida... Cuando con originalidad simplemente experimentamos transformar con virtud una conversación en propósito, revelando un verbo hecho carne, permitiendo que nuestros pensamientos tomen vida, finalmente, dando a conocer cuanto somos, al consentir con visión delinear el diseño que nos habita. Renovando nuestra manera de hablar y despertando a Nuevas Certezas...

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